Detrás de Mimipolo somos dos personas, Conchi y Cristina, madre e hija. Siempre hemos tenido una relación muy especial pero este proyecto nos ha unido aún más si cabe.

Conchi es ama de casa y entre otros hobbies uno de ellos es hacer punto y crochet desde bien jovencita. Cristina es enfermera y desde pequeña vio hacer punto a su tía y a su madre, siempre le llamó la atención, de pequeña hacía cosas básicas que le dieron las bases para ahora poder crear junto a su madre.

En plena pandemia, como vía de escape y refugio después de trabajar en el hospital en duras condiciones, se creó Mimipolo. Fue nuestra forma de estar unidas, de poder seguir compartiendo cosas juntas aún en la distancia. Nos permitió viajar estando en casa, soñar y conectarnos con nosotras mismas.

Nos encanta la ropa, la que cuenta una historia, la que te teletransporta cuando la ves, la que te hace sentir, la que lleva amor e ilusión, la que guardas para siempre porque sabes que es especial y única. Por este motivo queríamos compartir con los demás nuestras creaciones, para quien siga valorando las manos y el sentimiento que tiene cada prenda.

La ropa ética además de comprometerse con el medio ambiente, consiste en ver a los seres humanos detrás de la ropa que usamos. Ahora con tanta industrialización, es difícil encontrarla.

Afortunadamente aún hay mucha gente que es consciente del trabajo que lleva, de que las manos son limitadas, de que se tardan días y días en hacer una sola prenda. El tiempo es oro y la industria lo tiene fácil, pero esto es otro mundo. Por este motivo las prendas serán exclusivas y únicas como tú.

Queremos comprometernos con el medio ambiente, que tu ropa tenga un valor más profundo, personalizarla y que Mimipolo se quede en tu armario y pase de generación en generación.
Gracias por apoyarnos y valorar nuestro tiempo y trabajo.